Es aquí donde vive el Señor de los Pirineos, el Aneto, que culmina a 3.404 metros de altitud. A sus pies uno sólo puede maravillarse ante un lugar con tanto misterio: el “Trou du Toro” (o Forau de Aigualluts). Un profundo abismo de unos cuarenta metros, desde el cual se precipitan las aguas de la fuente de sus glaciares. Un sorprendente fenómeno natural ya que la montaña se traga, literalmente, el río. Las aguas se filtran bajo la tierra y desaparecen. Efectúan, entonces, un recorrido subterráneo de más de 3km, antes de resurgir en la región del Vall d’Aran. Entonces, se convierte en el Garona.
El Aneto, y su multitud de cumbres vecinas, que alcanzan los 3.000 metros, son ya montañas de leyenda y atraen, cada año, a numerosos excursionistas. Como un peregrinaje a la fuente del “pirenismo”. Los excursionistas establecen su campo base en la pequeña villa montañesa de Benasque. Situada en un marco fuera de lo común, rodeada de los macizos más altos del Parque Natural Posets-Maladeta, ella es, desde hace tiempo, uno de los puntos de encuentro más popular para los adeptos de la montaña, que vienen a practicar aquí numerosas actividades: BTT, excursiones, barranquismo, vuelo libre, escalada, etc.
Cuando uno acaba de maravillarse ante la magnífica vista, es momento de dejarse llevar por las viejas callejuelas, estrechas y adoquinadas, que revelan bellas casas señoriales y bares donde se pueden saborear excelentes pinchos.